Diseñar una cocina no es simplemente el acto de dibujar y hacer unos planos de localización de equipos. En el diseño de una cocina convergen varios aspectos: primero, los sueños del dueño del proyecto y sus expectativas; segundo, traducir los sueños en procesos, equipos, capacidades, espacios, requerimientos de inocuidad y diseño de la imagen; finalmente, el espacio disponible para hacer realidad ese sueño.
El camino no es sencillo, definir áreas de trabajo, creer tener mucho espacio para los equipos y luego ver que no todos los sueños de esa cocina caben. En ese proceso tenemos que negociar áreas con el diseñador de espacios, definir los equipos de un menú y que luego se modifiquen, dibujar la que crees es la mejor propuesta de diseño de localización de equipos y que el cliente no la apruebe o pida una propuesta más, que aumente la presión para iniciar obra sin el diseño de todos los requerimientos técnicos de la cocina… y otros más.
Son muchas las horas que se le dedican para lograr la mejor alternativa, dibujando como mínimo 5 propuestas antes de llegar a la definitiva.
La clave para lograrlo, la paciencia y la comunicación con el cliente, con los proveedores y todo el equipo de trabajo. Entre todos acordamos los requerimientos y aquellos deseos en los que todas las partes pueden ceder y obtener el mejor resultado posible.
Por estos días trabajo en la asesoría de diseño de un gran nuevo proyecto de restaurante, que aunque ha sido difícil, me motiva muchísimo, por que me presiona a estudiar conceptos gastronómicos, actualizarme en equipos, esquemas de trabajo y modelos de operación.
Vamos llegando a la etapa final de diseño, llegan las definiciones técnicas de obra y presupuestos, para ahora si empezar con la acción!!